Si bien nuestra trayectoria puede parecer muy breve, ya que recientemente hemos cumplido 20 años en nuestro medio, la hemos vivido de un modo muy intenso. Tenemos la fortuna de haber hecho realidad gran parte de los sueños concebidos y de tener ganas de seguir soñando. Hemos podido formar generaciones que hoy regresan con sus hijos a nuestra institución para que también crezcan en ella. Todo eso nos colma de satisfacción y nos da la tranquilidad de que nuestra entrega no es en vano y que nuestra comunidad se afianza en el tiempo.
Allá por el año 1991 con un grupo de padres colocamos la simbólica piedra fundamental que iniciaría nuestra historia. Comenzamos con un reducido grupo de pequeños y nació allí nuestro jardín de infantes. Nos dimos cuenta de que ellos seguirían creciendo y queríamos continuar acompañándolos en ese trayecto; entonces, en 1992 ingresó a primer grado el grupo que se convertiría en la primera promoción del Nivel Primario en 1999.
Desde aquel 1992, nuestra comunidad ha crecido paulatinamente, pero a paso firme y decidido. Desde el inicio avizoramos cuál debía ser nuestra misión: educar en valores, educar en la diversidad y la inclusión, educar para la vida consolidando las “raíces” y dotando de alas a aquellos niños y jóvenes con quienes compartimos nuestras vidas para que puedan desenvolverse con criterio, libertad, creatividad e innovación en el mundo que les toca vivir.
En el transcurso de los años, hemos ejecutado muchísimos proyectos, pero hay dos a los que nos referiremos con mayor detenimiento. Por una parte, el “Proyecto de integración” y, por otra, “Aula Digital”, que ha sido el más resonante y con el cual nos identifican más.
En nuestra institución creemos firmemente que cada persona tiene capacidades que la hacen única y diferente de las demás, por eso, la integración se plantea no solo en la adaptación de contenidos curriculares para los niños y jóvenes que no cuentan con un desarrollo psicomotriz estandar, sino también, como un modo de aprender a convivir entre tanta diversidad que el entorno nos plantea. Cada año, parte del desafío de nuestra institución consiste en llevar a cabo el proceso de integración de estudiantes que presentan algún tipo de discapacidad para que puedan desenvolverse en el mismo ámbito de estudio y tengan las mismas posibilidades que el resto de los estudiantes.
Pero la integración nos planteaba nuevas aristas. A partir de 2004 comezamos a observar de una manera cada vez más notoria que el mundo donde nuestros estudiantes debían desenvolverse atravesaba una serie de cambios culturales que la educación formal no estaba contemplando. Las escuelas no brindábamos la educación necesaria para el ciudadano del siglo XXI y nos propusimos modificar esa situación. Así nació el proyecto “Aula digital” que consiste en la implementación del modelo 1 a 1, es decir, cada alumno lleva su computadora portátil para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y, prácticamente, volvimos a empezar de una manera semejante a la que vivimos en 1992, con un grupo reducido de niños, pero con una comunidad cuyo empuje ha hecho que en menos de diez años más de 600 estudiantes formen parte de este proyecto.
Como todo comienzo, teníamos todo por hacer: capacitar a los docentes, conseguir dónde comprar equipamiento portátil para los estudiantes en una época en la que no eran accesibles como ahora, instalar pizarras digitales, conectarnos a internet y, principalmente, comenzar a construir un nuevo paradigma educativo.
Desde hace unos años, el origen del proyecto ha comenzado a adquirir visos legendarios, a muchos les resulta un tanto inverosímil que veinte estudiantes de un séptimo grado, convertidos en 2009 en nuestra primera promoción del Nivel Secundario, decidiera cambiar un viaje de fin de estudios y destinar el dinero ahorrado con ese fin para comprar Tablet PC usadas en un remate que se hacía por internet para utilizarlas nada más y nada menos que para estudiar. En nuestra escuela pasan esas cosas y, también, otras tantas más.
Como el resto de nuestras iniciativas, “Aula Digital” llegó para quedarse y ser parte de nuestra propuesta educativa. Gracias a este proyecto, revertimos el concepto de educación a puertas cerradas; podemos difundir la labor del equipo de conducción, la de los docentes y la de los estudiantes; compartimos nuestra filosofía y nos conecta con el resto del mundo.
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